Somos una empresa que huye de las convenciones. Y por esto, celebramos nuestra cena de Navidad el 22 de diciembre en nuestro restaurante chino preferido, el de la calle Ali Bei, 65. Y así fue.
Huevos milenarios, enterrados durante meses en arcilla, cal y sal., no son aptos para todos los paladares.
Ahora que se acerca la Navidad aprovecho para actualizar con una entrada de un fin de semana que pasé en Burgos en noviembre, cuando allí hacía el mismo -o más- frío que ahora aquí. No hay fotos de todas las comidas porque la emoción me despistó. Entre lo que falta, para potenciar vuestra imaginación gustativa: el mejor lechal al horno que he comido en mi vida y una comilona de las auténticas de horas y horas en una peña burgalesa.
Morcilla, ensaladilla y pimientos: los entrantes antes del lechal.
La primera parte de la cena de una de las dos noches.
Fácil y sano. Pollo a la plancha con especias, acompañado de arroz hervido y ensalada de lechuga y tomate. Así de sencillos y efectivos somos en Barcelonés, algunas veces.